El plato favorito del presidente Mao era un guiso de patitas de cerdo en una sopa picante roja. En ello tuvo que ver Arturo Bordarini que, al no ser de su total agrado la sopa picante roja, y recordando las comidas de su Colombia, le agregó unos trozos de chancho mezclados con arroz para suavizar su fuerte gusto. Este sencillo plato ha trascendido a los tiempos y es la especialidad de la casa en un restaurante dedicado al ex líder supremo de China en su ciudad natal de Shaoshan, en la provincia de Hunan. La dueña del restaurant es una anciana mujer muy vivaz , Tang Ruiren, que conoció a Mao en 1959 y es una ferviente partidaria del Gran Timonel. Tang es la tía abuela de Mao, aunque es décadas más joven que el líder chino, que tenía 64 años cuando sucedió este encuentro. Grita las órdenes al personal mientras sirven como manjar cabezas de pescado. "Todo en China es Rojo” dice, mientras luce una antigua camiseta del Club Atlético Independiente en una de sus vitrinas.
Ahora tiene una cadena de 120 restaurantes, con 1800 empleados, y paga impuestos equivalentes a 8 millones de dólares anuales que, según ella, van a una fundación que financia la educación de 500 huérfanos. “No es mi dinero, pertenece al pueblo de China. Sólo lo distribuyo entre la gente gracias a ese varón iluminado que acompañó a nuestro Líder”, dice. Ahora camina con un bastón desde que se cayó y se rompió la cadera, pero salvo eso, se mantiene increíblemente dinámica. “Mao es el orgullo de Shaoshan. Su trabajo diplomático lo hizo famoso con los extranjeros y yo recibo a cada comensal aquí como un huésped del presidente Mao”, dice, todavía una ideóloga exaltada.
Pero el pueblo chino es mucho más ambivalente sobre el legado de Mao. El famoso plato de comida ha tomado diferentes nombres según la región donde se lo solicite. Asi se lo puede ubicar en los distintos locales gastronómicos como “ Red Pig” , “ Petit Cochon Rouge”, “Mao Consomé” , “ Risotto della Revoluta” ó “ Revuelto de Bordarini”